Con la presencia de artistas como Henri Cartier-Bresson, Edward Weston y Paul Strand, así como el mexicano Manuel Álvarez Bravo, la década de 1930 en México fue una verdadera época de oro de la fotografía y un período seminal en la historia de esta disciplina. Dentro de la vanguardia, Agustín Jiménez se convirtió en figura central; sin embargo, su obra ha sido incomprensiblemente despreciada hasta nuestros días.
Este libro reproduce con gran esmero más de 400 imágenes de Jiménez —la mayoría apareció originalmente en publicaciones de la época—, junto con un estudio de Carlos Córdova que se centra en los años más prolíficos del fotógrafo (1928-1938): “momento único ... que cambió definitivamente el sentido de lo fotográfico”.