Cuenta Vivian Gornick que un día comenzó a releer Regrero a Howards End y con gran asombro descubrió que su interpretación de la novela, años después de su primera lectura, era ahora radicalmente distinta. Consciente de que no hay nada como regresar a un lugar que no ha cambiado para descubrir en qué ha cambiado uno mismo, decidió retomar aquellos libros cruciales que la convirtieron en la mujer que es, y releerlos, con el propósito de redescubrirse a sí misma. El resultado es Cuentas pendientes, en el que Vivian Gornick combina sus dos géneros literarios favoritos, la crítica literaria y las memorias, entrelazando las enseñanzas de las lecturas que marcaron su vida con el relato de sus propias experiencias vitales. En nueve paradas, la autora de Apegos feroces relata cómo a lo largo del tiempo fue identificándose con distintos personajes de la novela Hijos y amantes de D. H. Lawrence, analiza el concepto de feminidad en las novelas de Colette, se cuestiona la veracidad de la memoria en El amante de Marguerite Duras, y explica por qué siempre que lee a Natalia Ginzburg ama un poco más la vida. Cuentas pendientes es la celebración de la pasión de Vivian Gornick por la literatura, un homenaje a la lectura como forma de conocerse a uno mismo, una y otra vez, y sentir «el poder de la Vida con mayúsculas». Pero, ante todo, es la oportunidad de reencontrarnos con la Gornick de siempre, con esa voz que tanto amamos y admiramos: perspicaz, sabia y valiente, que sabe mirarse a sí misma sin artificios.
«Como siempre en sus libros, Gornick revela tanto sobre sí misma como sobre los autores cuyas obras comenta. Para fortuna de sus lectores, la literatura tiene pocos paladines tan apasionados, inteligentes e implacables como Gornick».