Para diseñar es condición previa una actitud de rechazo o aceptación ante la cultura previa y la actualmente existente. Adicionalmente a la cultura, el diseño está determinado por diversas fuerzas exteriores que le dan sentido, así como por los contextos particulares en los que se desarrolla, como por ejemplo: la economía, la tecnología, la política y el arte. Ésta complicada red de factores que se modifican entre sí, ha obligado a que la mayoría de los estudios históricos sobre el diseño se centren en solo uno de estos aspectos, por lo que algunos autores enfatizan los tópicos de la estética y otros, por ejemplo, los de la tecnología. Es ante esta situación, que el presente trabajo persigue evidenciar los elementos primordiales del desarrollo del diseño a través del tiempo, poniendo énfasis en el período anterior al nacimiento del diseño industrial, que se da con el surgimiento de la Bauhaus, en la primera mitad del siglo XX.
A lo largo de esta obra se pretende mostrar que en realidad existen otros hilos conductores en el proceso de diseño, a pesar de que en ocasiones su manejo no sea del todo consciente: el crecimiento de la actividad proyectual junto al de la mercadotecnia particularmente dentro de los llamados mercados globales, la innovación que se da a partir de necesidades económicas, o de cambios en los gustos de los usuarios, tecnologías disponibles, necesidades de tipo socio-cultural; el desarrollo de nuevos materiales y procesos de producción que han determinado la apariencia final de los productos y el modo en que los diseñamos; y ser satisfactores de una necesidad, ya fuera práctica, económica, política, social, psicológica, o todas ellas juntas.