El pintor mexicano Francisco Icaza comparte con el joven lector el código secreto de su infancia y narra su descubrimiento de las escrituras de diversas y lejanas culturas, las cuales inspiraron las formas y los colores de su obra. La capacidad de asombro de este artista logra contagiar al niño, permitiéndole descubrir el fascinante mundo del arte abstracto.