ninterrumpidamente surgen nuevos estratos a lo largo y ancho de la ciudad, y lo que observamos en todo momento es algo inacabado y en continuo proceso: desde hace tiempo, la presencia de una penúltima zona en el DF resulta la regla y no la excepción. Una penúltima región que aparece en la periferia, en el centro, en cualquier zona intermedia, diferente dependiendo del lugar, pero siempre presente. El DF, contenido por las montañas que lo rodean y sumergido en el valle, conserva una necesidad expansiva que provoca que la masa le gane espacio al aire, que las nubes estén cada vez más cerca, que aceptemos que el límite vertical no tiene límites, que hacia arriba sólo el viento o los sismos podrían retar a la ingeniería y convertirse en un freno.- Gerardo Suter
Edición ganadora de la Feria Internacional de Libros de Artista 2011.