En los años ochenta, el filósofo checo-brasileño Vilém Flusser comenzó a rodear con su escritura el núcleo de un cambio de época que no era aún advertido en la vida cotidiana con la fuerza con la que se percibiría varias décadas después. Uno de los síntomas de ese cambio era la progresiva expansión de un nuevo tipo de fenómeno visual: la imagen técnica. Fotografías, películas, imágenes televisivas, de video y de las terminales informáticas asumían cada vez con más fuerza el rol de portadores de la información antes desempeñado por los textos lineales, transformando radicalmente el modo en el que vivenciamos y valoramos el mundo. En la medida en que experimentamos el mundo no solo a través de textos lineales sino cada vez más a través de imágenes codificadas por aparatos, ingresamos a una situación posthistórica, sucesora de la escritura.
Publicado en 1985 como complemento de Hacia una filosofía de la fotografía, El universo de las imágenes técnicas es el diagnóstico embrionario de una nueva forma de “imaginación”; esto es, de una nueva forma de producción de imágenes que cifra las claves del tránsito de la sociedad alfanumérica a la sociedad digital: la creación sintética de imágenes electrónicas. Escrito con modulaciones proféticas, oscilando entre un determinismo tecnológico apocalíptico –que avizora una sociedad totalitaria, centralmente programada e integrada por funcionarios y receptores de imágenes narcotizados–, y la utopía positiva de una sociedad de cerebros interconectados en un diálogo creador con potencialidad liberadora, este libro confirma el carácter visionario del pensamiento de Flusser para descifrar las exóticas formas sociales del mundo en el que vivimos.