La forma en la que se practica la arquitectura está cambiando, impulsada por un creciente interés en proyectos colaborativos y prácticas comunitarias. Así, las instituciones y los ayuntamientos de diferentes países incluyen cada vez a más usuarios en la toma de decisiones sobre el entorno urbano y los propios ciudadanos reivindican cada vez más ejercer este derecho. Paralelamente, surge una nueva generación de arquitectos que entiende la figura del arquitecto como facilitador y como mediador, que se comprometen con comunidades locales y movimientos de base, respondiendo a las necesidades del día a día y a los problemas cotidianos de la ciudad. A menudo organizadas en colectivos, estas prácticas defienden el derecho a la ciudad y la justicia espacial, la conciencia medioambiental y las reivindicaciones feministas. En lugar de esperar un encargo público o privado, estas arquitectas analizan y responden activamente a las necesidades existentes. Este proceso está dando lugar a nuevos roles profesionales, herramientas y estrategias de proyecto, y a nuevas formas de toma colectiva de decisiones. Este libro analiza este cambio en la disciplina, y se organiza en dos partes. La primera parte del libro se presenta como taxonomía instrumental de nuevas estrategias y tácticas que surgen como respuesta a las nuevas necesidades del proyecto. Las 114 herramientas presentadas permiten analizar cómo se están adaptando los métodos de proyecto tradicionales para hacer frente a los nuevos requerimientos del proyecto y cómo se incorporan nuevas herramientas provenientes de otras disciplinas. En lugar de trabajar con un número reducido de casos de estudio analizados en profundidad, la caja de herramientas opera a partir de la multiplicidad y de la complementariedad, ofreciendo una visión panorámica de muchos proyectos. El giro en la disciplina y el creciente desarrollo de las prácticas colaborativas deben considerarse en un contexto amplio. Por eso, la caja de herramientas traza relaciones entre proyectos que pertenecen a diferentes contextos históricos o geográficos, mostrando que proyectos aparentemente no relacionados comparten en el fondo el mismo pensamiento arquitectónico, a pesar de diferir en contexto, objetivos, presupuesto o incluso tipo de proyecto. De este modo, la caja de herramientas visibiliza una parte de la historia de la arquitectura, la necesaria colaboración, que suele estar oculta y que a menudo ha sido pasada por alto por la narrativa dominante de la arquitectura (la obra de arquitectura como resultado directo de la voluntad de una mente creativa autónoma e individual). Dado que las transformaciones urbanas no pueden replicarse como soluciones formales, este libro sugiere que lo que sí puede repetirse son las herramientas y estrategias en una metodología abierta y adaptable al contexto social, político, económico y legislativo de distintas ciudades. Entre los muchos lugares donde la arquitectura colaborativa está cobrando una mayor importancia, Barcelona destaca por los proyectos desarrollados en la última década y por el cambio en la forma de entender la ciudad. La segunda parte del libro visibiliza cómo una aproximación distinta al problema y los nuevos métodos y procesos están produciendo resultados significativamente distintos. Las 20 obras presentadas en este capítulo demuestran que la inclusión de los diferentes agentes en la toma de decisiones consigue una mejor respuesta del proyecto a las necesidades para las que fue construido y que métodos colaborativos pueden aplicarse a proyectos de escala y tipología distinta. Los proyectos analizados consiguen resultados que habrían sido inalcanzables tanto por los ayuntamientos o las comunidades de forma aislada. En un nivel muy básico, esto se refiere a la viabilidad del proyecto. A partir de ahí, se desarrolla un impacto a múltiples niveles: espacial y urbano, social y asociativo, político y administrativo, e incluso legislativo, ya que estos procesos han evidenciado un impacto transformador en la implantación de políticas, desde la normativa municipal hasta la legislación regional. En una lectura inversa a la primera parte del libro que muestra proyectos como ejemplos de las herramientas colaborativas, este capítulo se estructura alrededor de obras analizando cómo se han utilizado estas herramientas y qué impacto han tenido en el desarrollo del proyecto, enfatizando la arquitectura como proceso y la importancia del método colaborativo.