Publicadas entre 2011 y 2014 como parte del suplemento Espacio del periódico Excélsior, estas páginas formulan algo más que un deseo de pertenencia. Con destreza y humor que no rehúyen al dato duro y a la coyuntura, Delgado cree, junto con Nicholas Bourriaud, que el arte es un laboratorio abierto de la identidad. Todo, hasta el vacío y el sinsentido, es el cajón de sastre para el arte nómada que también abandera Delgado. La Ciudad de México, curada por él en estas páginas, se transforma en un museo interactivo “donde puede suceder todo menos el aburrimiento; que tiene horror vacui pues está literalmente ‘contenta’, es decir, con contenido”. Este libro es el catálogo de las piezas que componen la urbe íntima de nuestro autor, en construcción hasta nuevo –e indeseable– aviso