AA.VV
Lo que llamamos “civilización” está construido sobre ruinas de pueblos ocupados, saqueados y ultrajados de maneras muy distintas. Romanos, españoles, ingleses y portugueses, otomanos, franceses, chinos, soviéticos, estadounidenses y tantos más han invadido a países vecinos y remotos. Pocos han sido los Estados que, conformes con ver a sus pueblos seguros y en armonía, han renunciado a expandir su control y su territorio en busca de materias primas, mercados y cuerpos. Bajo la excusa de llevar a los otros el progreso, la salvación espiritual, la ciencia, la educación, se han cometido los peores actos de barbarie, las peores masacres, las peores vejaciones. Los imperios del pasado han dado origen en nuestros días a otras formas de poder, imperios inmateriales donde se busca acaparar no sólo territorios y recursos naturales, sino todos los aspectos de la vida.
A 500 años de la caída de Tenochtitlan, la Revista de la Universidad de México quiere invitar a sus lectores a reflexionar acerca de los imperios y la colonización hoy en día. ¿Cómo se manifiesta el imperialismo en la era de la globalización? ¿Cuáles son sus nuevas estrategias?
El artículo firmado por Mario Rufer abre el número con una interesante pregunta: ¿Qué hay detrás de un museo?, y nos invita a ver estas instituciones como un cruce de caminos en el que se encuentran las diferentes prácticas y mentalidades colonialistas. Mucho se habla del posible fin de la era norteamericana, de su decadencia actual y su caída inminente. En una entrevista exclusiva, Noam Chomsky conversa con el periodista venezolano Boris Muñoz sobre las razones del imperialismo estadounidense en el pasado y en la actualidad, mientras que Jon Lee Anderson se centra en la retirada del ejército de EE. UU. de Afganistán y sus consecuencias. En su ensayo “¿El ombligo del mundo?”, el danés Rasmus G. Winther describe uno de los instrumentos más eficaces que han sustentado y siguen sustentando la empresa imperial: la cartografía. Dos textos, firmados por el historiador Federico Navarrete y el filólogo Jorge Gutiérrez Reyna, dialogan en este número sobre la conquista de México y sus implicaciones en la actualidad.
Francisco Goldman narra con gran destreza un capítulo de la guerra en Centroamérica, la última gran conflagración imperial que conoció nuestro continente. En sus respectivos textos, Carlos Manuel Álvarez y Rainer Matos describen algunas de las formas que tomó el imperialismo soviético tanto en Europa como en América Latina, mientras que el hongkonés Yi-zheng Lian explica las especificidades del imperialismo chino desde su propia tradición política.
Las formas imperiales del siglo XXI ya no consisten en el control de ningún Estado-nación y por eso logran penetrar en todas las vidas y las sociedades, sin importar las fronteras. Eso afirman los autores Michael Hardt y Antonio Negri. Adela Cedillo retoma esa reflexión en su texto “Imperialismos de ayer y hoy, una redefinición constante”.
Más allá de las discusiones semánticas sobre “imperio”, “imperialismo” o “formación imperial”, más allá de sus distintas expresiones en culturas muy diversas, y de sus intenciones buenas o malvadas, una cosa es segura: el imperialismo ha tenido y sigue teniendo sobre la gente y sobre el medio ambiente un impacto real, la mayoría de las veces traumático. Basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta, las huellas de los invasores no se borran fácilmente, ni siquiera muchos siglos después.