Bedia basa fundamentalmente su trabajo en un tratamiento crítico de corte antropológico de las culturas populares y/o las llamadas culturas primalistas, es decir aquellas con orígenes ancestrales, las cuales sobreviven -de manera contrastada y contradictoria- en la sociedad contemporánea. Siendo él mismo un iniciado en la religión afrocubana, muchas de sus obras están inspiradas en tradiciones afrotrasatlánticas vivas hoy día en su país de origen, pero también estudia y aborda desde la fabulación plástica las culturas de origen amerindio como los sioux, yaquis, cheroquis u otras originarias de América Latina, Australia u Oceanía. El propio artista ha explicado en varias oportunidades que su producción se concentra en proponer un proceso de justicia histórica donde la periferia toma revancha sobre el centro, alfabetizándolo, demostrándole la amplitud de su bagaje cultural más allá del racionalismo occidental.