LA BELLEZA DEL MUNDO

LA BELLEZA DEL MUNDO

Editorial:
BOCA ABIERTA
Materia
Poesía experimental
ISBN:
978-9942-8718-7-9
Encuadernación:
Rústica
$400.00 MXN
IVA incluido
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En La belleza del mundo, poesía de Eduardo Kingman Garcés* (2020), el autor menciona que aún cuando ha dibujado y escrito toda su vida, desde niño decidió ocultar sus poemas y dibujos, sin importar si tenían o no algún valor. ¿Cómo serían sus poemas de juventud o los de diez años atrás? ¿Cómo ordenaría las palabras o encabalgaría los versos? Curiosidades de lector que se quedarán en el misterio, ya que lo único cierto es que, solo tenemos esta primera colección de poemas y dibujos que su poeta y dibujante ha aceptado publicar. ¡Vaya que es una dicha para un lector de buena poesía! Por primera vez, el viejo y querido profesor de antropología, Kingman, recorre caricias, imágenes, sentidos y escribe, pero no informes. Son poemas que palpitan vida y huyen del espacio académico para regocijarse en otra mirada sobre sus mismos temas de estudio: la ciudad, los personajes, objetos, la cultura y la modernidad. Aquí en La belleza del mundo, “Cada santo busca la calidad total y cada tonto la excelencia académica”. Este es un discurso que inaugura otro, más íntimo, más profundo, más propio, que baila y canta en el sonido y el color de las palabras. Ya no interesa si escribió poesía toda su vida o no, lo que tenemos en este libro son poemas que se zafan de la gramática y se organizan en un ritmo propio con el brillo de la palabra.

Allí está el investigador hurgando en la ciudad y sus archivos, en la memoria y la familia, pero también en el lenguaje exacto, que le permite nombrar lo innombrable, aunque para ello tenga que dibujar como otra manera de seguir la escritura del poema. Poemas como pictogramas, ideogramas y otros movimientos que dan la medida exacta de la búsqueda del poeta. Me recuerdan mucho a la escritura y los movimientos de Henri Michaux, quien finalmente, también dejó unos comentarios antropológicos sobre Quito. Por allí, transita Eduardo, entre esa tensión de escritura y pintura, una simbiosis aprendida en la fuga de la academia, como si siempre hubiera querido huir y fundar un territorio propio con la poesía como único elemento de recuperación humana, de incorrección a lo establecido y de fuga a la búsqueda de lo más esencial del hombre. Este libro es una demostración de inconformidad y de ir más allá de sus límites para, con sus trazos y colores, que parecen el baile de sombras de una ciudad o de un país mágico, en el que lo tangible es imaginario y lo imaginario se vuelve realidad.