Probablemente, Jeff Wall sea uno de los artistas contemporáneos más importantes de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Al margen de su obvia influencia en el uso de la fotografía por parte de innumerables artistas más jóvenes, su trayectoria ha sedimentado un imaginario propio. La serie de obras, no especialmente numerosas, pero creadas como cuadros al modo de los antiguos maestros, le sitúa entre las referencias fundacionales de algunas poéticas contemporáneas. Entre sus aportaciones más conocidas se encuentra sin duda la inauguración de una peculiar forma de crear fotografías escenificadas que se reproducen en grandes formatos y, con frecuencia, sobre el soporte de cajas de luz. Desde 1978 viene realizando este tipo de obra que se presenta como una respuesta a los planteamientos del arte conceptual en el que militó a principios de los 70. Además de las numerosas exposiciones internacionales en las que ha sido mostrada su obra, las retrospectivas que le dedican la Tate Modern de Londres, en 2005, y el MOMA de Nueva York, en 2007, le reconocen como una referencia ineludible en el destino del arte contemporáneo.