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La fotógrafa estadounidense Margaret Bourke-White es uno de los faros de la liberación femenina y la historia de la primera mitad del siglo XX puede resumirse a través de sus fotografías.
Bourke-White fue la primera extranjera en fotografiar la Unión Soviética, la primera fotógrafa que trabajó para la fuerza aérea de EE.UU., la única persona en Moscú durante el bombardeo alemán y testigo de la liberación del campo de concentración de Buchenwald.
Momentos de la historia reúne 154 imágenes tomadas en la antigua Unión Soviética, Checoslovaquia, Alemania, Reino Unido e Italia e incluye los retratos de Stalin y Churchill que fueron portada de Life. El libro se completa con los ensayos de Oliva María Rubio y Sean Quimby y complementa la exposición del mismo nombre
Margaret Bourke-White fue una mujer avanzada, la primera mujer que fotografió las plantas de laminaciones de acero, la Unión Soviética, la primera fotógrafa que trabajó para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que diseñó para ella el primer uniforme de una corresponsal de guerra; la única fotógrafa extranjera –hombre o mujer– que estaba en Moscú cuando caían sobre la ciudad las primeras bombas alemanas, el 19 de julio de 1941, tras estallar la guerra entre Rusia y Alemania; y la primera mujer en participar en una misión de bombardeo, en 1943, cuando a estas no les estaba permitido.
Al igual que hicieron otras fotógrafas, escritoras, artistas, editoras, como Lee Miller, Gertrude Stein, Claude Cahun, Djurna Barnes e incluso las libreras Silvia Beach y Adrienne Monnier, en el París de los años veinte, al irrumpir en el mundo profesional y convertirse en faros de la liberación de la mujer, en Estados Unidos, Bourke-White, como lo harían Dorothea Lange, Giorgia O’Keefe o Imogen Cunningham, también se adelantó a su tiempo y desbrozó el camino a la revolución en pos de los derechos de la mujer que se produciría décadas más tarde.