Durante el tránsito para la construcción de este libro, me sumí en un recorrido por mi vida de una niña y al mismo tiempo por la de mi padre, donde aparecen similitudes y radicales rupturas. A partir de una infancia reprimida que pudiera en un momento dado ser la causa de mis decisiones como haber elegido una especialidad médica tan cruenta como la Traumatología en la que casi siempre estaba en contacto con sangre y procedimientos radicales como las amputaciones.
Fueron surgiendo anécdotas, tanto de mi niñez como de mi ejercicio como Médico Especialista, que me llevaron a la búsqueda de imágenes de archivo. Además, a lo largo del fotolibro se entrelazan solarigrafías, parte importante de una etapa de mi obra, donde durante dieciocho meses coloqué 32 cámaras estenopeicas en techos de casas de la ciudad de Oaxaca, que registraron tanto el recorrido del sol, como el gran terremoto de 2017 que destruyó gran parte del estado. Estas imágenes abstractas de colores intensos, reflejan una etapa profundamente difícil de mi vida, posterior a abandonar la medicina, donde me sumergí en los túneles de una fuerte depresión y ansiedad.
En la historia hago una analogía entre el síndrome del miembro fantasma en el que un paciente, después de haber sido amputado, continúa sintiendo el miembro ya inexistente con la persistente presencia del padre mucho tiempo después de haber fallecido.
Separación, mutilación, heridas, rupturas, amputaciones, palabras que son el hilo conductor del fotolibro, tanto en la historia como en su estructura física.
El libro se realizó en el marco del programa de Hydra, Incubadora de Fotolibros 2019.