Antonin Artaud fue un poeta que asumió todas las dimensiones y consecuencias que implica esa palabra. Su cuerpo, su vida mental y su obra fueron lo mismo. Se unieron en el magma primordial, ardiente, peligroso, originario, de donde los antiguos seres humanos bebían sus historias, incor poraban sus mitos, hablaban con sus dioses, se curaban, decidían su destino, se hacían otros, pájaro, montaña, raíz, fruto y donde el arte no existía, sino que era simplemente la dimensión más alta, la más intensa, de lo que llamamos vida. Ahí, en ese punto, es donde Artaud construyó su cuerpo y su obra. Las Obras selectas, publicadas en dos volúmenes, reúnen, por primera vez en español, sus es critos esenciales, su correspondencia y sus dibujos. El lector encontrará aquí toda su trayectoria literaria: desde sus primeros poemas surrealistas hasta los textos fulgurantes del final de su vida; sus experiencias cinematográficas y teatrales; sus viajes hascia los antiguos mitos de México y de Irlanda; los años en los hospitales psiquiátricos; sus dibujos; su escritura final, furiosa y radiante en el misterio. Antonin Artaud, a quien los psiquiatras calificaron de esquizofrénico, luchó incansablemente contra la escisión entre las cosas y los signos, entre el arte y la vida. No fue un enfermo mental. Fue un poeta que nos abrió el camino, arriesgando su propia vida, hacia una posible redención, una posible cura para los males de Occidente. Y esa cura la encontró en un lugar físico y en un territorio mental: en los pueblos originarios de México. El lector tiene entre sus manos no un libro, sino un cuerpo-obra, un mapa, una estrella polar que lo llevará hacia el tiempo futuro en el que los mitos y los dioses volverán a estar entre nosotros.