La constatación de la continuidad de las políticas artísticas en España desde 1950 hasta la actualidad permite reflexionar sobre la función del arte y de los artistas en el imaginario sociopolítico de lo «nacional»todo ello en el marco de un discurso ideológico que traspasa las fronteras de regímenes y gobiernos. En ¿Puedo hablarle con libertad, excelencia?, la relación entre creadores, críticos e instituciones abre suculentas vías por las que analizar una endogamia malsana que ha acabado secuestrando lecturas alternativas sobre la historia reciente y falseando la responsabilidad de los actores culturales en la misma