AA.VV
La pantera es un símbolo de creación de Cartier desde su aparición en 1914 y transformado en 1948 por una visionaria Jeanne Toussaint, conocida como la Pantera, que imaginó al felino en tres dimensiones —le otorgó el volumen—. Ya entonces tenía tremendas seguidoras: María Félix, la duquesa de Windsor y Daisy Fellowes.
Su diseño resalta lo esencial, el carácter y la potencia del felino, y crea una pieza de joyería bastante atípica con una estructura que resalta la simetría y la asimetría, la postura lánguida y la silueta del animal. En las fotografías vemos una pieza especial, la que está compuesta por pavé, que busca añadir al realismo de la pantera recreando su pelaje y que Cartier lo logra gracias a su técnica serti pelage. “El objetivo no es imitar a la naturaleza, sino rendirle homenaje, conferir un soplo de vida al animal…”, dicen desde la maison.
A través del instinto se reconocen las panteras y crean su comunidad. La sensualidad en el movimiento del animal y la potencia de su carácter le dotan de un magnetismo singular, recio. Mariacarla Boscono, Annabelle Wallis, Chang Chen y Ella Balinska son parte del gremio del felino. Ana Valeria Becerril rompe la fila de este lado, a su modo, con su propio magnetismo y emancipación para representar, por todo lo alto, la danza rotunda del animal.