¿Qué tienen en común Francisco de Goya, considerado ?el más filósofo de los pintores?, con el llamado ?filósofo de los artistas?, Arthur Schopenhauer? ¿Pueden existir entre dos autores profundas afinidades que, prescindiendo de las coincidencias en el espacio y en el tiempo, remitan a una comunidad de inquietudes y actitudes?
Goya fue un pintor muy poco académico, que se adentró con sus creaciones en las honduras del alma humana. Y lo mismo puede afirmarse de Schopenhauer en su condición de filósofo: un pensador atípico que se movió mejor entre imágenes que entre conceptos, prefiriendo comprender a explicar.
Ambos arrojaron la sonda en las profundidades abismales de la existencia, no encontrando otro fondo que el de una extraña y oscura voluntad.