TERREMOTO ISSUE 10 FAYUQUERXS

TERREMOTO ISSUE 10 FAYUQUERXS

Editorial:
TERREMOTO
Materia
Revistas
Páginas:
104
Encuadernación:
Rústica
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IVA incluido
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El contrabando es una práctica contra-hegemónica de disidencia y subversión frecuentemente usada en los ámbitos artísticos, sociales o económicos, para mover información, objetos y cuerpos a través de límites opresores. En efecto, los sistemas que nos dirigen a todos aparentan rigidez pero esconden grietas, mismas que ofrecen la posibilidad de subvertir sus estructuras. Dicha subversión sucede al disfrazar subjetividades, y hacer uso de las tensiones entre legalidad e ilegalidad, visibilidad e invisibilidad, para trastocar valores y límites.

Un fayuquero, en español coloquial mexicano, es una persona “que se dedica a vender la mercancía que adquiere de contrabando”. Si bien el libre mercado con regulaciones tipo el TLCAN o la Alianza del Pacífico, recomienda la circulación eficaz y fluida de objetos y mercancías, su visión limitada por el capitalismo no contempla la pluralidad que se encuentra en la diversidad de seres humanos para también incluir cuerpos, identidades e ideas marginalizadas. La verdadera fayuca que hay que ensartar al mainstream en nuestra época, más allá de pantallas y microondas, ¿no serían los ideales progresistas que se han ahogado en el lento naufragio de las izquierdas modernas? ¿o aquellas iniciativas que cuestionan el orden hegemónico?

En este número de Terremoto, hablaremos de la capacidad del arte de apartarse de la clandestinidad para criticar de manera abierta la realidad, un derecho peligroso que se ha conquistado a lo largo de la historia. Reconoceremos la ambigüedad de la relación que tenemos con los sistemas de poder mismos que nos hacen visibles (a su conveniencia), que nos proveen los recursos para operar, o al contrario, intentan desaparecernos, tanto en relación con la institución como con el mercado. Evaluaremos honestamente nuestras aspiraciones de independencia desde lo económico hasta lo conceptual y ético, considerando la disidencia, el disfraz y la trampa como recursos posibles y tal vez aún, deseables.