La Crítica de arte en México. Debates y definiciones, 1940-1966 describe los antecedentes de la crítica para dar cuenta de la manera en que a la par que existen transformaciones en las prácticas del arte, así también las hay en los discursos que las definen, las acompañan, las describen y las teorizan y que permiten pensar en que el orden de las cosas es también el orden del discurso.
El debate parte, en general, del reconocimiento del inicio de la modernidad mexicana con la Revolución. Tanto realistas como abstractos tienen posturas completamente diferentes de cómo ese proceso revolucionario podría continuar por la vía del arte y cuáles podrían ser sus consecuencias. Los primeros piensan que la Revolución es un proceso inacabado y que el arte debería continuar sus premisas sirviéndole por la vía de la forma artística moderna mexicana por excelencia: el muralismo. Los llamados abstractos cuestionan permanentemente esas posturas y aunque para ellos la Revolución también es un momento fundacional, piensan en una dialéctica más amplia que considere siempre la interlocución occidental en una suerte de mexicanismo universal, que redefine la noción de identidad.
El texto sigue más o menos una estructura lineal, empezando por las reflexiones de mediados de la década de los años treinta y terminando hacia 1966. El objetivo de esta estructura es hacer notar, de forma evidente, el cambio de opinión a lo largo de los años, pero eso no quiere decir que leer solo fragmentos del libro permita dar una idea general de lo que ocurre en el argumento. Esto es así porque para poder seguir el debate que dura esos 26 años, es necesario ver el cambio de posturas que se van sucediendo con el tiempo, es por ello que cada capítulo hace referencia a un problema o evento que es el que va a marcar los argumentos críticos que se van a desarrollar después. Por otro lado, en cada uno de ellos se detallan algunos de los postulados más importantes de críticos que son fundamentales para la historia de la crítica del país.
Tal vez el mérito más grande de esta publicación sea que abre el debate histórico de la crítica de arte en el país, señalando algunas de sus operaciones más destacadas, pues reúne debates y conflictos que ya se habían investigado, sobre todo en tesis de maestría y doctorado, pero que adquieren un mayor sentido si se ven en conjunto. Permite ver, además, la complejidad de los debates y sus consecuencias para las diferentes concepciones del arte, y procura dar cierto orden a algunos conceptos como son los de modernidad, vanguardia, abstracción, realismo, expresión, pueblo, representación y presencia. Por otro lado, muestra las referencias teóricas y visuales de muchos de los críticos de la época y permite exponer la complejidad de muchos de sus planteamientos, señalando sus postulados más relevantes a lo largo del tiempo y demostrando que ninguno de ellos tuvo un pensamiento monolítico.
Esperamos que este trabajo permita a los lectores reflexionar acerca del panorama general de la crítica de arte en México y que genere nuevas discusiones e investigaciones que ayuden a comprender de forma mucho más amplia los discursos sobre el arte mexicano en el siglo XX.
