El trabajo videográfico de Tim White es una persistente exploración sobre las dualidades existenciales entre la vida y la muerte y sobre los estrechos límites que separan el mundo material y el espiritual, aspectos estos, que le han obsesionado en los últimos años.
Su trabajo es esencialmente polisémico, en él cada imagen nos propone un enigmático juego de significados en el cual el flujo del sueño y la memoria es una de las señas de identidad mas recurrentes y donde también apreciamos una nueva mitología en la que los juegos con el lenguaje se transforman en alegorías que funcionan como dispositivos de reflexión que nos ayudan a descodificar los complejos mecanismos de la mente humana.
En sus últimos años ha ido configurando un universo iconográfico y formal en el que se desliza un enigmático discurso sobre el deseo, la luz, las tinieblas, lo sagrado, lo profano, la soledad, el silencio, la falta de comunicación, el hombre, la naturaleza, y los estados de transición y regeneración.
Su lenguaje, en ocasiones poético, impone estrategias cercanas al ensimismamiento que actúa sobre nuestro subconsciente, proporcionando al espectador emociones que nacen de la experiencia de la contemplación, por ello es muy importante el papel jugado por la luz, el sonido y el espacio donde su ubican sus instalaciones.